Vista general de Santa Lucía de Tallano
Si quieres complacer a un corso, tienes que hablarle de su montaña. Aquel en el que se refugia en los primeros días.
Donde guardaba un redil familiar. Donde dejó una parte de su alma.
En el sur de la isla, la Alta Rocca no escapa a la regla; compuesto por paisajes de maquis, plantaciones de pino marítimo, agujas rocosas y pueblos colgados en la ladera de la montaña, lejos de las aglomeraciones turísticas.
Sainte-Lucie-de-Tallano es un pueblo hecho enteramente de granito, con calles estrechas, frente al Golfo de Valinco.
Estatua corsa frente a la iglesia de Santa Lucía de Tallano
Con su apariencia de pueblo fantasma, todavía lleva la peor parte de una vieja leyenda que dice que fue atacado por el mal de ojo...
Dejando a un lado esta leyenda, es mejor conocer al olivarero que, instalado en la Place du Monument aux Morts, solo asegura la animación local al tiempo que favorece sus productos 100% naturales.
Magnífica casa genovesa
En su meseta de granito, Levie es la capital regional. ¿Su principal atractivo? El Museo Arqueológico que repasa 3 años de ocupación humana en la región.
Por su parte, Quenza permite descubrir algunas últimas casas genoveses que datan de hace más de un milenio.
Excelente en verano, Quenza es también un buen punto de partida para los amantes del esquí de fondo en invierno.
Más conocida pero también bonita, Zonza es apreciada por sus hoteles y restaurantes que dan un lugar privilegiado a los productos locales.
Entre las personalidades que los apreciaban: Teodoro I (¡en 1736, cuando era rey de Córcega!) o Mohamed V, depuesto sultán de Marruecos.
Desde aquí hay que partir para conquistar las Agujas de Bavella o el Castellu de Cucuruzzu, un yacimiento arqueológico enclavado en un paraje natural excepcional. Como es el caso en todas partes en Alta Rocca…
Texto: Philippe CHAVANNE – Fotos: Alice DELVAILLE
