Una regla básica en Croacia, no dudes en salir de los caminos trillados para descubrir islas un poco más remotas y menos frecuentadas que las mencionadas en tu guía turística. Murter no es una excepción a la regla. Si entre otras cosas debe su éxito al hecho de que está conectada con el continente por un puente no lejos de Pirovac, Murter no es la isla más emocionante de Croacia.
Bastante conocidos por los campistas de la región, en Murter encontrarás dos o tres campings muy bien equipados con playas de pago pero que merecen la pena: la playa perfecta con arena en el agua para poder jugar a la raqueta o a la pelota y a las piedras en la borde para no tener esa horrible sensación de arena entre los dedos…
Los pocos pueblos de la isla: Betina, Tisno y Murter los más importantes tienen, como cada pueblo dálmata, su parte de capillas, ruinas romanas y antiguas casas de piedra. Encontrarás algunos restaurantes en Betina con el encanto costero intacto (¡muy bueno el Trabakul con el mar penetrando en su terraza!), pero aparte de eso no hay nada para azotar a un gato callejero dálmata.
Moralidad: aunque sean de más difícil acceso (pocos barcos desde Vodice), más distantes y más pequeñas, favorecen las pequeñas islas circundantes. Entre pequeños pueblos de pescadores como el de Zirje, los edificios barrocos de Zlarin y la isla de Prvic famosa por haber sido la patria del autor del primer diccionario croata independiente Faust Vrancic en 1595, tienes allí suficiente para pasar unos días de felicidad en un ajuste que pensará fuera de la caja.
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