Este pequeño y encantador pueblo de flores adornado con su piedra rosa es el sitio de un asombroso monasterio que ha acogido tanto a hombres como a mujeres, ¡alternativamente, por supuesto!
El Monasterio de Sant Joan de les Abadesses
Se entra por el claustro mucho más bonito que el de Ripoll por ser del siglo XV.
Fundado por Wilfred le Poilu para su hija Emma, este monasterio fue muy ricamente dotado gracias a esta ilustre abadesa.
Desgraciadamente, sólo quedan algunos vestigios de este próspero período y muchos edificios han sido recuperados para convertirlos en viviendas.
el camino al paraiso
La Iglesia es muy especial porque su nave es muy corta, lo que hace pensar en una planta de cruz griega, lo suficiente como para perder su norte.
La obra no está hecha para atraer la luz sino para limitar su entrada, la parte norte recibe poca iluminación y por lo tanto acepta grandes vidrieras mientras que la parte sur muy luminosa tiene solo aberturas muy pequeñas.
Pequeña ciudad amigable
Al salir del monasterio, no se pierda una hermosa vista panorámica y un pequeño valle en el fondo del cual fluye un arroyo tranquilo.
Refleja a la perfección el ambiente de este tranquilo pueblo que terminarás de descubrir mientras tomas algo en la pequeña plaza cubierta de plátanos.
Pero ojo, tu tranquilidad puede verse perturbada por el sonido de la orquesta que empuja a los más atrevidos de los mayores a realizar los peligrosos pasos de uno de los bailes tradicionales de Cataluña: Cerdeña.
Este baile, en verdad bastante sencillo, está experimentando un cierto resurgimiento del interés entre los jóvenes y tiene la particularidad de ser bailado en círculo, lo que le da un carácter colectivo muy agradable.
No dudes en unirte al baile, estas señoras estarán encantadas de guiarte.
Una buena dirección cerca de la ciudad: el restaurante La Teuleria (Tel. 972 72 05 07 – [email protected]) en la carretera de Sant Pau de Seguries, a 20 minutos de la ciudad.
Este tipo de casa le dará la bienvenida en un ambiente muy agradable para comidas gigantescas que destacan la gastronomía local.
Ojo, el restaurante que parece una especie de club está invadido los domingos de junio por familias que acuden a celebrar las comuniones o bautizos de sus hijos.
Es, sin embargo, un acontecimiento español muy interesante… ¡sociológicamente!