Los Juegos Olímpicos de 2012 son como una promesa para Londres: la metrópoli continuará su auge en el cambio de milenio.
Londres es una capital indiscutible del teatro, el arte, las finanzas y las compras.
Las galerías de arte, las productoras de cine y música dictan las tendencias culturales del planeta y compiten con Nueva York.
¿Y París en todo esto? Solo queda el Eurostar para consolarte...
Nada más salir de la estación de Waterloo, cambia tus euros por libras y olvídate de París.
Descubre otra ciudad: viva, dinámica, que ahora tiene su Torre Eiffel. Es el Ojo de Londres.
Nuestra actividad favorita: London Eye: cápsula privada
Inaugurada en 2000, es la rueda panorámica más alta del mundo (135 metros): un lugar imprescindible para los turistas. A los londinenses también les está empezando a gustar.
Cuando hace buen tiempo (lo que sucede incluso en Londres), la parte superior de la rueda ofrece una vista magnífica: hacia el oeste se puede ver hasta Windsor.
También descubrirá que el "British Airways London Eye" tiene poca "sangre británica en sus venas": la ingeniería es holandesa, las góndolas son francesas...
Sin embargo, esta rueda simboliza el renacimiento arquitectónico que ha experimentado Londres en los últimos años; la nueva Tate Gallery, el Millennium Bridge (este en realidad es muy criticado), las nuevas torres de la City, el Gran Patio del Museo Británico.
Para medir el alcance del cambio. Volvamos.
En los años 60 y 70, a pesar del "cambio" de su escena musical, se decía que Londres estaba empañado, envejecido.
Esos mismos años en París, era la nueva ola del cine, nacía el Centro Pompidou y pronto iba a volar el Concorde. Hoy, los papeles parecen invertidos.
Es Londres la que está más dinámica que nunca. La metrópoli británica brilla sobre todo en arquitectura. Por no hablar de la política: el thatcherismo fue sucedido por el blairismo triunfante.
Vanguardias políticas opuestas, pero a las que todos tratan de imitar. En medio de toda esta renovación, en el año 2000 los londinenses estaban muy felices de poder elegir nuevamente a su alcalde. Otra novedad de Londres.